Lorena
Durán

La citamos antes de las siete de la mañana. Es puntual y de su boca no sale ni una queja, ni un reproche. De hecho, Lorena Durán (Sevilla, 1993) es la que bromea y anima al equipo durante la sesión en la que es simplemente imposible sacarle una mala foto. Es amable, agradecida y, sobre todo, muy profesional. En cada respuesta de la entrevista pone la misma intensidad que le pone a cada cosa que hace. Hablamos con ella sobre su trayectoria y la relación con su cuerpo.

¿En qué momento profesional estás ahora? Ahora estoy trabajando un montón. Estoy muy contenta y, sin duda, me veo mudándome a Nueva York pronto porque ahí es donde está mi mercado. Has trabajado con marcas como Victoria's Secret
o Abercrombie & Fitch. ¿Siempre supiste que querías ser modelo? Sí, desde que era pequeña. De hecho, recuerdo que era una enana y ya le robaba los tacones a mi madre. Las hombreras de
mi abuela me las ponía como sujetador [ríe]. Pero es verdad que hubo una época de mi vida cuando cambié de peso, me convertí en una talla 44 por un problema de salud (una torsión ovárica) y tuve que recurrir a un tratamiento hormonal. Y claro, el ser modelo significaba estar delgada, así que dije: "Ya no puedo". Estudié técnico químico de laboratorio para buscar otra salida, aunque amara la moda por encima de todo.

Dices que las estrías son el mapa de tu vida. ¿Qué relación tienes con tu cuerpo? La verdad es que en aquel momento, cuando me miré al espejo, pensé: "Mi cuerpo se ve muy diferente,
pero ahora es este y hay que aceptarlo". Eso sí, cuando en aquel momento iba a comprar ropa y no podía ir a Zara porque no había ropa para una chica joven con más talla que quería vestirse a la moda era la parte más dura. Pero luego llegó la aceptación.
Tengo estrías y tengo celulitis, pero es que todos los cuerpos las tienen. Así que las amé y las acepté y, al final, para mí las estrías son el recorrido de mi vida, de los logros y los baches de aquellos momentos. Representan mi vida, mi esfuerzo, el sacrificio, la constancia y la aceptación. Para mí es una parte muy bonita. Pero no todo ha sido un camino de rosas. He tenido bajones y echaba de menos el cuerpo que tenía antes.

‍Hablemos de las etiquetas. ¿No te parece triste que a una chica con una talla 40 o parecida le digan que está gorda? Claro, es
lo que vemos en el día a día en la calle. La mayoría de las españolas lleva la talla 42 o 40. Y, por supuesto, para mí no deberían existir las etiquetas. Muchas veces la gente me dice: "Uy, eres curvy, pero es que yo no te veo gorda". Y hay muchas palabras más, como plus size, in-between, etc. ¿Qué necesidad hay de meternos en un saco? Una talla 40 o 42 es lo normal para mí. No significa que una chica esté gorda.

"LAS ESTRÍAS REPRESENTAN MI
VIDA, MI ESFUERZO Y LA CONSTANCIA"

¿Crees que el mundo de la moda está cambiando de verdad en cuanto a la diversidad? ¿O es puro marketing? He de decir que desde que empecé ha habido un cambio increíble. Antes no veía en
un escaparate, por ejemplo, a maniquíes más grandes. Ahora es algo más normal, sobre todo fuera de nuestro país, y me refiero a la diversidad en general como tal. Pienso que algunas cosas han cambiado, pero sí, todavía queda un largo camino y tenemos que apoyarlo más. ¿De dónde sacas la seguridad en ti misma? Mi madre me lo ha inculcado de muy buena manera y me ha dejado claro que nadie te puede hacer sentir mal con un comentario. Al final,
ella como madre ha presenciado muchos comentarios desafortunados, por ejemplo, cuando me acompañaba a los castings. Me decía: "No pasa nada, ya habrá alguien que te acepte con las medidas que tienes, pero tú no tienes que hacer ninguna dieta, ni nada por agradar al otro". Creo que mi fortaleza viene de ahí.

‍¿Qué le dirías hoy en día a todos aquellos que no creyeron en ti? Creo que les diría que al final me han ayudado mucho para ser
más fuerte, seguir luchando y tener constancia. La verdad es que no les guardo rencor como tal porque creo que no es un buen sentimiento y soy muy de energía positiva y alimentarme de eso. Eso sí, les diría que deberían cambiar su mente y que en aquel momento tendrían que haber apostado más por la diversidad, es más, a día de hoy también deberían hacer lo mismo porque muchos de ellos no han cambiado su forma de ver las cosas...